No sé ustedes, pero cuando era niño y compartíamos la mesa en familia, se decía que no debíamos hablar de política, religión o fútbol. Esto se hacía para evitar terminar todos molestos y arruinar la comida.
Ahora que soy un poco mayor, creo que se puede hablar de cualquier tema con inteligencia y diálogo, lo que permite disfrutar de las comidas.
Sin fricciones.
Se trata de expresarse y desahogar el alma.
Sin embargo, hay un tema del cual no hay discusión…
y ese es el fútbol.
En mi casa, no hay debate sobre este tema, está resuelto.
Es simple:
En casa somos aficionados al:
Real Madrid (Hala Madrid) y al América (Odiame Más).
No hay espacio para la discusión, sabemos de lo que hablamos.
¿O no?
Hasta pronto,