¿Te parece poco o suficiente tiempo para pasar? 

Le echaste muchas ganas a esta primer etapa, a este primer reto, muchas ganas, estabas convencido que la preparación realizada había sido la mejor.

Viajaste, invertiste, te hospedaste en un lugar cercano a la competición, eso si, nadie te acompaño, llegaste solo, pero con animo y seguro que la primer prueba seria un reto alcanzable.

Todo comenzó muy temprano, de madrugada, pudiste descansar, no tenias distracción y si mucho entusiasmo, te fuiste a dormir temprano, para despertar fresco y con energía.

Llegaste a tiempo, ahí comenzaste a tener sospechas, no te veías como los demás, te tocaste esa barriga de las cheves previas.

Comenzaron las dudas, mientras estirabas y sacudidas el cuerpo, calentando, te decías una vez más, le voy a echar ganas.

Entonces frente a ti la primer prueba, la de nado, le voy a echar ganas, si se puede, te repetías en voz alta.

Las primeras brazadas fueron las más intensas, el agua fría, a diferencia de la alberca te dio la segunda sacudida, en cada brazada el agua comenzó a pesar cada vez más, la primer prueba era más complicada de lo que imaginaste,  un echarle ganas ya no era suficiente.

Por fin llegaste a la primer meta, con la esperanza, poco probable de que el viento de la rosa tocara tú frente.

Lo que sospechaste desde iniciada la competición, sucedió, el limite máximo para pasar a la siguiente etapa era 1 hora 10 minutos. 

Descalificado, tu mejor tiempo 1:17 hrs te dejaba fuera.

Entonces preguntaste si podías terminar, sabiendo que ya no cuenta, lo intentaste, le seguirías echando ganas. Ya estabas ahí, no había de otra.

Terminaste cuando terminaste, los tiempos ya no importaban, lo que importo fue; que lo intentaste, pero no te quitas la culpa, pudiste haberlo hecho mejor, ahí pesaron más las cheves previas de los últimos 37 años.

Fue tu primer medio Iron Man, fuiste solo, por que sabían que no lograrías, nadie confió en ti, al final sin  soporte, sin quien te cure esa herida.

Regresaste a casa, relataste con mucho entusiasmo que le echaste muchas ganas, pero que no fue suficiente. Después de tantas justificaciones, confirmas que no confiaban en ti. 

Entonces sucede lo que esta lección quería enseñarte.

Abandonas el sueño, ya no vuelves a entrena, sigues en las cheves y la barbacoa, te abandonas y te quejas.

La vida es emprender y aprender, el que emprende sabe, que no es un camino fácil, y que hay que intentarlo una y otra ves, y cada vez que se pueda.

Mi opinión no solicitada, esto de emprender es de necios.